Mary Oliver
Dónde empieza el templo, dónde termina
Hay cosas que no podés alcanzar. Pero
sí alargar la mano hacia ellas, el día
entero.
El viento, el pájaro echando a volar. La
idea de Dios.
Y puede mantenerte tan ocupada como
cualquier otra, y más contenta.
La víbora se escabulle, el pez salta, como
una florcita de lirio,
fuera del agua y vuelve a sumergirse; los
jilgueros cantan
en la cima inalcanzable del árbol.
Miro; de la mañana a la noche nunca dejo de
mirar.
como de brazos abiertos.
Pensando: quizás algo va a llegar, algún
luminoso remolino de viento,
o unas hojas de un árbol cualquiera:
todos forman parte de esto.
Y ahora voy a decirte la verdad.
Todo en el mundo
llega.
Se aproxima, aunque sea.
Y con cordialidad.
Como pica el pez de ojos de oropel, como la
víbora se desenrosca,
como jilgueros, muñequitos revoloteando oro
en los márgenes del cielo
de Dios, el aire azul.
trad. Mariángel M.
“Where Does the Temple Begin, Where Does It End”, en Why I Wake Early.
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